Hoy queremos hablaros sobre la DOMS (del inglés: dolor muscular de origen retardado) más coloquialmente conocido como “agujetas´´.
Pero bien, ¿qué son realmente las agujetas?
Antiguamente se creía erróneamente que eran cristales de ácido láctico que pinchaban el músculo produciendo dolor, y que la mejor forma de recuperarse era tomando agua con azúcar.
Pues bien, estos dos conceptos hace tiempo que han pasado de la categoría de consejos a mitos, por lo que tratemos de dejarlos a un lado y dejar que el mito se quede en mito.
Las agujetas no son más que microrroturas musculares producidas tras un ejercicio de una intensidad superior a la cual nuestro músculo estaba preparado, produciendo una respuesta inflamatoria.
Este proceso es “natural´´ tras un largo proceso de inactividad, un cambio de plan de entrenamiento o ante un esfuerzo muy superior al que estamos acostumbrados, apareciendo generalmente entre 24 y 48h después del ejercicio.
Ya hemos dicho que el azúcar no ayuda a hacer desaparecer el dolor. ¿Qué es lo que si nos puede ayudar?
- Descanso: Dormir y descansar es la mejor forma que tiene el cuerpo para comenzar a recuperarse, es doblemente aplicable al ejercicio y el entrenamiento.
- Correcta alimentación: Cada vez está más demostrado que algunas grasas como el omega 3 ayuda a recuperar a nuestro organismo del proceso inflamatorio, y aunque éste no actué directamente sobre las “agujetas´´ si que puede ayudar a nuestro cuerpo a desinflamar otras zonas afectadas dejando nuestro sistema inmune vía libre para empezar a reparar otras zonas de nuestro cuerpo.
- Recuperación activa: Salir a caminar, cardio de baja intensidad, incluso el propio entrenamiento de pesas con una carga mucho más baja.
- Baños de contrastes: No está tan contrastado pero la vasoconstricción de las venas y capilares podría favorecer el proceso de recuperación muscular.
- Por ultimo actividades de control postural como el yoga o el propio estiramiento en si mismo.
Es importante saber que tener agujetas no es sinónimo de estar entrenando bien. Aunque son naturales durante algunas fases de nuestro entrenamiento, el exceso en su aparición pueden indicar un daño muscular mucho más grave de lo que pensamos, provocando riesgo de lesión, daños musculares severos, roturas de fibras o daños a nivel renal o hepático por la cantidad de productos de desecho generados en el exceso de entrenamiento.
Por lo que si sueles entrenar hasta que te duelan hasta las pestañas puede que no estés haciéndole tanto bien a tu cuerpo como crees.
Por eso lo ideal es seguir un plan individualizado junto con un entrenador personal.
Me resulta curioso que esas fibras dañadas puedan ser reparadas a parte de llevando una buena alimentación y descanso y… ¿haciendo el incluso el mismo ejercicio pero con menos intensidad cuando las fibras están rotas? No lo entiendo.
Luego, el exceso de estos ejercicios, a parte de los daños musculares etc. Puede dar problemas renales o hepáticos. Este último no lo entiendo. Cuantas más toxinas liberes mejor… seguido de mucha agua. La clave está en el agua y entonces no tendrás ese problema y es lo que tengo por entendido por lógica.
Espero que puedas resolver mis dudas 😉